Imagina que tienes un seguro de salud y de repente descubres que no cubre una enfermedad que pensabas que sí. En este artículo, te explicaremos de manera clara y sencilla qué enfermedades no suelen estar cubiertas por los seguros de salud. Así, podrás estar mejor preparado y evitarte malas experiencias.

Enfermedades Preexistentes

Las enfermedades preexistentes son aquellas condiciones médicas que ya tienes antes de contratar un seguro de salud. Los seguros suelen ser muy estrictos con estas condiciones debido a los altos costos asociados. Por ejemplo, si tienes hipertensión o diabetes, es probable que los tratamientos relacionados con estas enfermedades no estén cubiertos.

La razón detrás de esto es que las aseguradoras quieren evitar asumir riesgos elevados desde el principio. Algunas pólizas ofrecen cobertura limitada después de un período de espera, que puede variar de seis meses a dos años. Es vital que declares todas tus enfermedades preexistentes al contratar un seguro, ya que no hacerlo podría resultar en la cancelación de la póliza.

Tratamientos Experimentales

Los tratamientos experimentales son aquellos que aún están en fase de investigación y no han recibido aprobación completa de entidades reguladoras como la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Estos tratamientos pueden incluir nuevos medicamentos, terapias génicas o procedimientos quirúrgicos innovadores.

Las aseguradoras generalmente no cubren estos tratamientos porque no hay suficiente evidencia científica sobre su efectividad y seguridad.

Además, los costos pueden ser extremadamente altos y los resultados inciertos. Si estás considerando un tratamiento experimental, es crucial que hables con tu médico y tu aseguradora para entender todas las implicaciones y opciones disponibles.

Enfermedades Mentales

Aunque el reconocimiento de la importancia de la salud mental ha mejorado en los últimos años, muchas pólizas de seguro de salud aún ofrecen cobertura limitada para enfermedades mentales.

Esto puede incluir restricciones en el número de consultas con psicólogos o psiquiatras, o exclusiones específicas para ciertos trastornos como la depresión severa o los trastornos de ansiedad.

Algunas pólizas pueden cubrir solo un número limitado de sesiones de terapia al año, lo que puede ser insuficiente para personas con necesidades más intensivas. Es fundamental revisar los detalles de tu póliza para asegurarte de que las necesidades de salud mental estén adecuadamente cubiertas.

Cirugías Estéticas

Las cirugías estéticas, como liposucciones, aumentos de pecho o rinoplastias, generalmente no están cubiertas por los seguros de salud porque se consideran procedimientos electivos, es decir, no son necesarios desde un punto de vista médico. Sin embargo, existen excepciones. Por ejemplo, una cirugía reconstructiva después de un accidente o una mastectomía podría estar cubierta.

Algunas pólizas ofrecen cobertura parcial para procedimientos estéticos que son necesarios por razones médicas, como la corrección de una deformidad congénita. Siempre es recomendable consultar con tu aseguradora para entender qué procedimientos podrían estar cubiertos bajo circunstancias específicas.

Tratamientos Alternativos

Los tratamientos alternativos, como la acupuntura, la homeopatía, y las terapias naturales, no suelen estar cubiertos por los seguros de salud convencionales. Sin embargo, algunas aseguradoras ofrecen planes complementarios que incluyen estos tratamientos.

Es importante verificar si tu póliza actual ofrece alguna cobertura para estas terapias y bajo qué condiciones. Por ejemplo, algunas pólizas pueden cubrir la acupuntura solo si es realizada por un profesional con licencia médica.

Si estás interesado en este tipo de tratamientos, podrías considerar la opción de un seguro de salud que incluya estos beneficios adicionales.

 

¿Qué operaciones no cubre el seguro?

Además de las cirugías estéticas, hay otras operaciones que pueden no estar cubiertas por los seguros de salud. Por ejemplo, las cirugías bariátricas (para pérdida de peso) a menudo no están cubiertas a menos que puedas demostrar que son médicamente necesarias y que otros tratamientos han fallado.

Las cirugías dentales complejas, como los implantes, también pueden estar excluidas, aunque algunas pólizas ofrecen coberturas adicionales para estos procedimientos. Es crucial que revises tu póliza para entender qué tipos de cirugías están excluidas y si existen opciones de planes complementarios que puedan cubrir estas necesidades.

 

¿Qué tratamientos no son cubiertos por los seguros?

Los tratamientos que no son cubiertos por los seguros pueden incluir terapias de fertilidad, tratamientos cosméticos y algunos tipos de terapias físicas. Por ejemplo, los tratamientos de fertilidad, como la fecundación in vitro (FIV), suelen ser muy costosos y no siempre están cubiertos.

Las terapias físicas, como la fisioterapia, pueden estar limitadas a un número específico de sesiones o no estar cubiertas en absoluto si no son consideradas esenciales. Igualmente, tratamientos cosméticos como el blanqueamiento dental o tratamientos faciales también suelen quedar fuera de la cobertura. Es importante revisar cada detalle de tu póliza para estar completamente informado.

 

¿Qué hacer si no tengo dinero para una cirugía?

Si necesitas una cirugía y no tienes dinero, hay varias opciones que puedes considerar. En primer lugar, muchos hospitales y clínicas ofrecen programas de asistencia financiera que pueden ayudarte a cubrir parte o la totalidad del costo de la cirugía. También puedes buscar organizaciones benéficas que ofrecen ayuda para procedimientos médicos específicos.

Otra opción es negociar un plan de pago con el hospital, donde puedas abonar la factura en cuotas. Algunos hospitales también tienen programas de caridad que pueden cubrir los costos para personas con bajos ingresos. Investigar y preguntar sobre todas estas opciones puede marcar una gran diferencia en tu capacidad para recibir el tratamiento necesario.

 

¿Qué pasa si no tengo seguro y voy al hospital?

Si no tienes seguro y necesitas ir al hospital, es probable que enfrentes facturas médicas muy altas. Sin embargo, muchos hospitales tienen programas de asistencia financiera para personas sin seguro. Estos programas pueden reducir significativamente tus costos, basándose en tus ingresos y situación financiera.

Es importante que preguntes sobre estos programas en el hospital y completes cualquier formulario necesario para calificar. Además, algunos países tienen leyes que obligan a los hospitales a atender emergencias médicas independientemente de la capacidad de pago del paciente, aunque esto puede variar dependiendo de la jurisdicción.

 

¿Qué hacer si necesito una cirugía y no tengo seguro?

Si necesitas una cirugía y no tienes seguro, podrías considerar varias opciones. Primero, investiga si calificas para programas gubernamentales de asistencia médica, que pueden ofrecer cobertura para procedimientos necesarios. También puedes buscar organizaciones benéficas que ofrezcan ayuda financiera para cirugías.

Otra opción es negociar directamente con el hospital para establecer un plan de pago mensual.

Algunos hospitales y clínicas pueden ofrecer descuentos significativos si pagas en efectivo o aceptas un plan de pago. Explorar todas estas opciones te ayudará a encontrar una solución para obtener la cirugía que necesitas.

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