El coronavirus está en boca de todos. Aunque no de forma literal, cada día nos bombardean con noticias en los periódicos, telenoticias y redes sociales, haciendo que el pánico y la confusión se expanda con rapidez.

¿Pero qué es en realidad el coronavirus? ¿Es tan peligroso como algunos dicen? ¿Qué síntomas tiene un enfermo que lo sufre?

Es importante que estés informado y sepas la realidad de toda esta epidemia mundial, porque no hay nada peor que la ignorancia y el desconocimiento ante estas circunstancias.

 

Historia del coronavirus

El coronavirus, o al menos el que a nosotros nos está afectando en la actualidad, surgió de la ciudad de Wuhan, en China. Todo comenzó cuando las autoridades detectaron 27 personas con Síndrome Respiratorio Agudo Severo, el 31 de diciembre de 2019.

Pero no fue hasta el 7 de enero del 2020 cuando se descubrió que este problema de salud estaba causado por un nuevo tipo de coronavirus, y que no tardó en extenderse por el resto del país.

Durante el resto del mes de enero se detectaron casos en Tailandia, Japón y Estados Unidos; hasta que a finales, en concreto el 29 de enero, llegó hasta Corea del Sur, Reino Unido, Vietnam, Singapur, Francia e Italia.

Ya el 30 de enero la OMS, la Organización Mundial de la Salud, declaró la emergencia internacional. Muchos países se pusieron manos a la obra, estableciendo planes de prevención y contención del virus.

Aun así, durante los meses posteriores se ha ido extendiendo y se han encontrado cada vez más casos de coronavirus en el mundo, por lo que es difícil prever hasta qué punto va a convertirse el coronavirus en una pandemia mundial.

¿Qué es el coronavirus?

Pero antes de alarmarse y que el pánico te domine, es esencial que conozcas qué es con exactitud este virus. Y es que ya ha estado antes entre nosotros, aunque ni siquiera nos hubiésemos dado cuenta.

Orthocoronavirinae es su nombre en latín. Proviene de la peculiar forma que tiene, pareciendo que alrededor del cuerpo central del virus tiene un halo o corona de espículas alrededor.

Descubierto en los años sesenta, se conoce al coronavirus como una familia de virus que provocan enfermedades respiratorias severas, como la neumonía. Muchos de ellos no son peligrosos, pudiéndose tratar con eficacia al ser un resfriado común.

Es más, el coronavirus ya ha tenido otros brotes epidémicos con anterioridad en el mundo:

  • El SRAS-CoV, que también surgió de China, en el año 2002. Afectó a 37 países, 8.000 personas y se dictaminaron 700 muertes a causa de él.
  • El MERS-CoV, que afectó en Oriente Medio a partir del 2012, teniendo origen en Arabia Saudita. Hasta el 2019 se detectaron 2.400 casos, causando 800 muertes.

El brote actual se denomina COVID-19, aunque primero comenzó a llamarse SRAS-CoV-2 debido a las similitudes con el brote ocurrido en 2002.

Propagación del coronavirus

El COVID-19 se transmite de humano a humano, por lo que, por ahora, ni mascotas ni otros animales van a verse afectados por este brote.

Aunque no se ha acabado de aclarar con exactitud cómo se contagia este virus, muchas fuentes indican que es a causa de las gotitas respiratorias de estornudos y de la tos.

Estas gotitas pueden caer en cualquier lugar, por lo que si otra persona entra en contacto con ella puede acabar contagiado. Aunque para ello debe llevarse la mano a orificios húmedos, como boca, nariz y ojos.

La mortalidad del coronavirus

Algo que genera mucho pánico entre la población es la mortalidad que tiene, cuando hasta la fecha no es tan alta como uno imaginaría viendo las noticias del coronavirus.

 Según los datos ofrecidos por la OMS, la tasa de mortalidad del coronavirus en Wuhan ronda entre el 2% y el 4%, mientras que en el resto de países apenas llega al 0,54%. Esto quiere decir que más del 90% de personas lo superan.

Si comparamos con los brotes anteriores, es un número muy inferior; el SRAS-CoV tuvo un 10% de mortalidad, mientras que el MERS-CoV alcanza hasta el 35%.

Todo ello depende de la asistencia sanitaria que se tenga, los tratamientos que se reciban y de otras enfermedades que pueden verse agravadas por esta enfermedad; en especial las respiratorias.

¿Cómo evolucionó este virus?

En los años noventa se realizaron estudios respecto a este virus y toda su familia, logrando datar a algunos ancestros del mismo entre los años 3.300 a.C. y el 2.400 a.C. El ancestro más común encontrado data del siglo IX a.C.

Sí, esto quiere decir que lleva muchísimo tiempo entre nosotros. Durante siglos ha ido evolucionando y adaptándose hasta las formas actuales, adaptadas a ciertos animales; entre ellos, las personas.

Algunos estudios indican que el coronavirus humano divergió del bovino sobre el año 1890.Y de ahí, el ancestro más reciente de los brotes actuales de este tipo de virus data de la década de los cincuenta.

Pero, por otro lado, también hay estudios que relacionan el coronavirus del murciélago con el SARS, el que afectó en 2002 y el que está afectando en el 2020. Este se separó y se adaptó a los humanos a partir de 1986.

¿Cuál es el origen del coronavirus?

Tal como podrás intuir, el origen es desconocido. Se sabe que ha ido evolucionando y transmitiéndose de animales a personas en diferentes épocas de la humanidad, pero no se sabe a ciencia cierta cómo surgió el primero.

En lo que respecta al brote de coronavirus del 2020, existen muchas teorías sobre su origen, pero no se ha podido verificar si ha sido por comerse murciélagos y pangolines, si es una arma biológica, entre muchas otras ocurrencias.

Lo mejor que uno puede hacer es esperar a que las autoridades sanitarias aporten una versión oficial, dejando que los científicos y profesionales realicen su trabajo sin hipótesis locas de por medio.

¿Qué síntomas tiene un infectado del coronavirus?

Aquellas personas que hayan sido infectadas por el COVID-19 tendrán síntomas tales como:

  • Goteo y secreciones nasales.
  • Tos recurrente.
  • Fatiga y sensación de cansancio.
  • Dolor de cabeza.
  • Picor de garganta.
  • Fiebre elevada.
  • Escalofríos y malestar general.
  • Dificultades respiratorias.

Ahora bien, no todas las personas que padecen COVID-19 muestran estos síntomas, tal como se ha podido comprobar. Además, son síntomas que pueden coincidir con otras afecciones a la salud, llevando a la confusión.

Los síntomas pueden surgir entre 2 y 14 días tras haber sido contagiados.

En todo caso, lo mejor que se puede hacer al detectar dos o más de estos síntomas en una persona, es dirigirse por teléfono a los servicios sanitarios correspondientes.

Grupos de riesgo del coronavirus

Cabe destacar que una persona joven y sana puede no cursar estos síntomas, pero es importante detectarlos con rapidez en aquellos grupos de riesgo que más peligro tienen,

Estos aglomeran a personas con inmunodepresión, enfermedades crónicas (p.e. diabetes), algunos cánceres y problemas pulmonares crónicos.

Por lo general, este tipo de situaciones en la salud son propias de gente mayor, comprobándose que son los que más mortalidad padecen debido a este virus.

¿Existe la vacuna para el coronavirus?

 Hasta ahora no se ha encontrado ninguna vacuna contra el COVID-19. En cuanto se confirma que alguien está infectado se realiza inmediatamente un ingreso hospitalario, donde practicarán un tratamiento especializado para salvaguardar su vida.

Durante el tratamiento se administrarán antivirales, dosis de esteroides para reducir la inflamación pulmonar y soporte de oxígeno. En los casos más severos, se incluirán antibióticos para combatir infecciones bacterianas.

¿Cómo protegerse del Orthocoronavirinae?

Para prevenir y protegerse del Orthocoronavirinae, las autoridades sanitarias de todo el mundo han lanzado unas cuantas recomendaciones básicas y muy sencillas de cumplir.

Lavarse las manos de forma frecuente

Ya sea con agua y jabón o con geles desinfectantes. Con el mantenimiento de una higiene básica evitaremos que el virus se propague, además de evitarnos cogerlo al tocar superficies que podrían haber sido expuestas.

Cubrirse con un pañuelo o el codo al toser y estornudar

Ya no solo por el COVID-19, sino por educación y evitar propagar otras enfermedades que se transmitan por fluidos bucales. Tengas o no síntomas, cúbrete bien para no esparcir tu saliva y tus mocos.

Evita cubrirte con las manos, ya que estas entran en contacto con todo. Y en el caso de que sea inevitable, dirígete de inmediato a desinfectarlas.

Usar mascarillas si se está en contacto directo con un infectado

Las mascarillas son una buena forma de toser y estornudar sin recurrir al codo y al pañuelo, aunque también generan mucho alarmismo y pánico entre la gente a tu alrededor.

Por eso se recomiendan mascarillas para aquellas personas que están infectadas y para profesionales que estén tratando a las mismas.

Evitar las aglomeraciones de personas en zonas de riesgo

Ya habrás oído que se han cancelado clases en colegios y universidades, postergando también las famosas fallas de Valencia. Y es que para evitar el riesgo de propagación se recomienda evitar aglomeraciones con otras personas.

En caso de síntomas, llamar a los servicios sanitarios

Ni te dirijas a urgencias ni te muevas de tu casa, llama al 112 o al número correspondiente de tu comunidad autónoma. En caso de que tengas coronavirus, no moverte ayudará a reducir probabilidades de contagio a personas de tu entorno.